Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
K. Kaváfis – Viaje a Ítaca
Hace casi diez años que compramos, entre cuatro amigos, en la Gigamesh de Barcelona, nuestra primera remesa de juegos. Catan, Arkham Horror y Puerto Rico. El primer paso que nos ha traído aquí.
La afición fue ganando importancia con los años. La universidad te lleva a, una vez pasada la primera fase de desfase, válgase la redundancia, hacer una vida más casera. La medicina deja poco margen para el recreo, pero siempre había una tarde, o una noche, para echar alguna partida.
Encontrar a Laura y ver que lo de tirar dados y mover meeples se le daba mejor que a mí, solamente ayudó a que empezáramos a realizar pedidos a Alemania de cantidades indecentes de madera y cartón. Con el tiempo y la perspectiva de ir abandonando la adolescencia empiezas a ver una capa más dentro de lo que ofrecen los juegos de mesa: además de una diversión asegurada, es un estímulo y, en muchas ocasiones, una ambientación que nos descubre un evento histórico desconocido para ti hasta ese momento. ¿Sabías que los tulipanes generaron la primera burbuja especulativa de la historia? Yo tampoco, hasta que jugué a Tulip Bubble.
Acabamos la carrera y nos toca oposicionar. Dentro de nuestra vida de ermitaños junto con dos inseparables amigos, empezamos a usar los domingos lluviosos de Oviedo como nuestros días lúdicos. El estudio como forma de vida, de lunes a sábado, y bajo presión, solo hace que nuestra vía de escape sea hacer pedidos objetivamente compulsivos casi cada mes. Siempre había un juego que estrenar y el mal tiempo no nos afectaba para nuestro entretenimiento semanal.
Antes de poder dar nuestro primer paso en el mundo laboral teníamos unos meses de descanso. Laura ya tenía ganas de que mi pesadez a la hora de hablar por los codos se recondujera en escribir en un blog acerca nuestra mayor afición. El nombre era sencillo, si somos médicos y nos encantan las maderitas antropomorfas, le llamaremos Doctor Meeple.
Nadie dijo que los inicios fueran fáciles. Solo eres un nombre en la red y ya hay medios que dicen lo mismo que tú pero con mayor autoridad y reconocimiento. Tampoco es sencillo empezar a ser visible entre tantos otros blogs de calidad, pero las ganas y la insistencia nos caracterizan.
Necesitábamos un sello diferencial que nos identificara. Ya había grandes redactores, con opiniones basadas en experiencias que sobrepasaban nuestro recorrido lúdico, pero tenemos otra afición interesante: la fotografía. Gracias a intentar cuidar las fotografías por encima de la media, encontramos un elemento que atrajo tanto a lectores como a editoriales, que poco a poco han ido confiando en nosotros a la hora de mostrarnos sus novedades.
¿Y aquí acaba el recorrido? Para nada. Aquí empieza todo.
Cuando nos quisimos dar cuenta, contábamos con una invitación con pase de prensa para visitar Birmingham en la UK Games Expo de 2017. Gracias a Richard, que siempre confió en nosotros, visitamos nuestra primera feria internacional de juegos.
Una feria es una cosa y una feria de juegos es otra muy distinta. Hasta que no visitamos la UKGE no nos dimos cuenta de que la filosofía de las editoriales no es la de un comercial que quiere venderte un coche, sino que la pasión pasa a un primer plano y la explicación de su juego se convierte en una narrativa hipnótica que muestra el amor por el entretenimiento.
Cuando paseábamos por los pasillos del NEC de Birmingham no nos encontrábamos como clientes en un mercado gigante, sino algo más como en una reunión de asistentes con unas ganas insaciables de nuevos estímulos en forma de juegos.
Es difícil transmitir el buen ambiente con meras palabras. No es lo que ves, es lo que se siente. La multitud de gente, las incontables mesas con demostraciones en curso y los diseñadores que presentan a su proyecto como quien habla de su hijo a aquellos amigos que tuvieron que irse a trabajar a otro país hace unos años y se reencuentran en Navidades. Todo eso solo lo hemos podido experimentar en una feria de juegos, y así intentábamos transmitirlo en las crónicas de la feria.
Pero la prueba de fuego es Essen. Essen era la experiencia definitiva que llevábamos años intentando vivir. Ese sitio donde más de mil juegos se presentan en cuatro escuetos días. ¡Había que ir a Essen!
Es por eso que este año decidimos, tras haber podido disfrutar de la UKGE, embarcarnos en la aventura germana.
Mentiríamos si dijéramos que es sencillo asistir a la feria. No solo llevábamos con una reserva desde hace casi un año, sino que si queríamos dar cobertura al evento necesitábamos una organización contundente. No me cansaré de recordarle a Laura que, sin ella, me hubiera recorrido los seis halls del SPIEL en incontables ocasiones por mi nula capacidad de organizarme.
Tampoco os diré que sea sencillo, como medio, adquirir un pase de prensa. Nosotros no hemos tenido la suerte de merecer un pase con esos privilegios. Nuestro pequeño blog aún no cuenta con el factor de impacto necesario para poder tener ese pase que te abre las puertas con mayor facilidad. Pero eso no iba a pararnos.
Cuando llegas a Essen descubres que es una ciudad que se transforma cuando acaba octubre. La llegada de la feria hace que miles de personas se muevan a la pequeña ciudad alemana. Es más, los pueblos cercanos a Essen se benefician también de la gran cantidad de asistentes que aterrizan en el norte de Alemania para jugar y, sobre todo, comprar sin miramientos.
La noche antes de la apertura de la feria piensas en que el horario alemán es demasiado restrictivo. Solamente de 10AM a 6PM no será suficiente. ¿Cómo vamos a pasear entre tantos stands? Solo hace falta pasar un día en la feria para darte cuenta de que son horas suficientes para cansarte y saturarte del ruido y la información que aporta una concentración tan multitudinaria.
Tuvimos la suerte de poder asistir los cuatro días. Lo consideramos una suerte sobre todo porque, al ser novatos en este evento, el jueves nos sirvió como toma de contacto ante la cantidad de actividades que se presentan ante ti. No es el día más concurrido, pero es un día clave si quieres obtener alguno de esos juegos que sabes que va a volar en la feria, como el BIOS: Megafauna del sabio Eklund.
¿Qué de 10 a 6 no es suficiente? Sí lo es, os lo aseguramos. En esas ocho horas da tiempo a cansar nuestros pies y saturar nuestras mentes con nuevas propuestas, a cada cuál más apetecible que la anterior. Aunque con alguna carrera, conseguíamos mantener nuestro estricto horario de charlas y visitas a las distintas editoriales que se encontraban en la feria y que habían cedido a invertir unos minutos de su tiempo con nosotros. Pero la feria no acaba a las seis de la tarde…
Las seis es una hora aproximada de un cierre que se demora más de una hora. Si tienes la suerte de conocer a alguna editorial como los simpáticos chicos de Looping Games o 2Tomatoes, puedes quedarte y formar parte del selecto grupo de refugiados en su stand. Si estás cerca de algún editor, los chicos de seguridad no te obligarán a salir, así que búscate un refugio para echar esa última partida antes de que apaguen las luces.
En un momento u otro tendrás que decir “adiós” a la feria. ¡Perdón! Solamente le dirás “hasta luego”, no olvides que volverás en unas horas.
No seríamos un blog comprometido si no escribiéramos unas líneas de lo que hemos descubierto en la feria, ¿verdad? Pues así lo hicimos. Tanto en la UKGE como en cada uno de los días de la Essen SPIEL, escribíamos acerca de los cortos encuentros que teníamos con los distintos editores, así como esos ratos en los que nos sentábamos en alguna mesa a probar un juego rápido. Como podéis imaginar, eso lleva su tiempo, y más aún si quieres adornarlo con unas cuantas fotos. Es por eso que, tras el primer día, agradecí el horario de la feria, para que pudiera tener el tiempo justo para escribir y publicar esta entrada. Se acababa el día y seguía al teclado del portátil intentando no alargarme al hablar de proyectos que me habían entusiasmado. Aunque fuera tarde, Laura siempre me ayudaba en repasar esos errores que se cometen a altas horas de la noche o a completar esos detalles que he olvidado después de haber descubierto más de una docena de proyectos. ¿Nos vamos a dormir ya? No, hay demasiadas cosas que hacer.
Creo que en la entrada de la feria debería poner una nota tal que así: “Además de comprar es obligatorio jugar a algo, ya sea dentro o fuera de las instalaciones”. De momento, a día de hoy no pone nada de eso, pero la creencia se ha instaurado en muchos de nosotros. ¿Cómo no vamos a jugar en Essen? Después de la cena y, en nuestro caso, después de escribir la crónica del día, siempre abríamos uno u otro juego para probarlo. Debemos advertir que hay que tomar con pinzas las primeras partidas jugadas en las circunstancias descritas. Suelen ser partidas empezadas demasiado tarde, con las reglas leídas con cierta prisa y un cansancio nada desdeñable. Eso puede llevarte a error y acabar percibiendo unas impresiones que no se adecuen a la realidad. Si sabes a lo que te expones y eres suficientemente inteligente como para no sacar el Agra a las 2 de la madrugada, es una experiencia que forma parte de la vivencia que Essen debería ser a nuestro entender.
Y, como buenos obsesivos que somos, jugar por las noches cumple más de una función. Aunque nuestra principal misión sea divertirnos, es indispensable llegar a casa y abrir los juegos para destroquelar todos los componentes. Todo pesa y todo lo susceptible de ser tirado a la basura debe desecharse antes de preparar las maletas. Con eso quiero decir que no solo el troquel debe eliminarse para aligerar nuestro equipaje, sino que hay juegos que incluyen reglamentos incluso en esperanto y que podemos tirar a la basura, a no ser que algún día pretendamos hablar el idioma universal. Tampoco está mal marcarse un Inception y meter juegos pequeños dentro de juegos grandes para que el excesivo aire de las cajas se vea relleno de cartón, como siempre debería haber sido.
Ahora sí que estamos listos para dormir. En contra de la recomendación de cualquier médico menos nosotros mismos, dormíamos una media de cinco horas al día. Somos jóvenes, o eso queremos pensar, y hemos venido a divertirnos y jugar.
Como nos mola que Ghislain use nuestra chapita del blog ej @SpieltageEssen ? pic.twitter.com/e51qkbZT86
— Doctor Meeple (@DoctorMeeple) October 28, 2017
Los días avanzan de la forma esperada, hasta el temible sábado. Es el Día E de Essen. Es la fecha en la que más gente vas a encontrarte en los pasillos. El día en que los juegos que no lo hayan hecho ya van a colgar sus carteles de SOLD OUT. ¡Prepárate! Lo curioso es que, aunque los asistentes se multipliquen, la gente sigue campando a sus anchas con maletas con ruedas incluso grandes carros de metal en los que colocarán sus columnas de juegos. No te agobies y ten a mano un alprazolam por si la ansiedad supera tu límite de tolerancia.
Y no quisiera olvidarme de hablar del último día y lo que ello conlleva. El domingo es un día menos transitado que la jornada anterior, pero más estresante para los que aún seguimos en la feria. Es el día en el que deberíamos buscar las ofertas que todavía no hemos comprado. Es el día en el que te arrepientes de no haber comprado ese juego que ya ha agotado sus unidades (¡Adiós AZUL, adiós!), pero también es el día en el que te das cuenta de que apenas has coincidido con esos compañeros a los que querías poner cara o poder sentarte junto a ese diseñador con el que querías pasar cinco minutos. Sentimientos enfrentados que se vislumbran cuando caes en la cuenta de lo más terrorífico: no te cabe todo en las maletas. No, da igual que seas el campeón mundial en Tetris. ¡No, no y no! Pese a facturar dos maletas de 24kg y llevar dos maletas adicionales en cabina con la ropa justa, no había espacio para traer a España los 63 juegos que habíamos adquirido. Por suerte, la propia feria tiene un servicio de MAIL BOXES. Desde su stand, a unos precios bastante contenidos, puedes mandar cajas a tu domicilio. Recomendamos el servicio, pero no es todo lo seguro que debería ser. Con poco control a la hora de dejar las cajas y con unos papeles mal pegados donde se corre el riesgo de que se desprenda la dirección, tiene carencias que podrían mejorarse. Nosotros mandamos una caja y, aunque llegó a nuestra ciudad, el número de la calle estaba mal transcrito. Por suerte, pudimos pedir el tracking, que no te lo entregan en la feria, sino que hay que pedirlo por e-mail, y finalmente ir a la delegación de destino a recoger nuestra mercancía.
Ya estamos de vuelta de la gran odisea. De nuestro personal viaje a Ítaca.
Ahora nos enfrentamos ante la difícil situación de querer probar y escribir acerca de demasiados juegos en demasiado poco tiempo. Hay que tener unas arterias coronarias de hierro para no infartarte al darte cuenta de que si divides los juegos que tienes entre el ritmo de una o dos reseñas a la semana, tienes juegos para casi un año… ¡Pero eso ya da para otro artículo a parte!
En resumen, Essen es una experiencia que hemos demorado demasiado en vivir. Es recomendable para todos los que disfruten conociendo juegos y quieran dejarse contagiar el buen rollo y las sonrisas que abundan entre los asistentes y editores del lugar. Una experiencia que estresa, cansa, pero ilusiona y da fuerzas para superar el día siguiente. Un viaje que hemos querido compartir con todos vosotros y poder expresar en forma de palabras y pocas fotos, para que todos aquellos que no habéis podido acompañarnos, podáis tener un cachito de la feria más grande del mundo en vuestras pantallas.
¡Nos leemos en el blog!
*N. del E. Doctor Meeple nos complace con el primer artículo invitado que tenemos en el blog. Esperamos que visiten Dr. Meeple, donde podrán leer sus reseñas y ver el excelente trabajo fotográfico que han estado haciendo desde marzo de 2016. Le agradecemos mucho a Sergi y Laura por su colaboración. Los invitamos a repasar los títulos que nosotros más esperábamos de este Essen 2017.