Dixit: un sueño vale más que mil palabras

¿Alguna vez han escuchado el dicho una imagen vale más que mil palabras? Bueno, no hay prácticamente ningún otro juego de mesa que se aproveche tanto de esta frase como lo es Dixit, el afamado y aclamado juego de Jean-Louis Roubira con arte (tan siquiera para el juego original) de Marie Cardouat, que ganó el Spiel Des Jahres del 2010.

Dixit fue una revelación entre los juegos de mesa. Mientras otros juegos se encargan de poner a prueba tu lógica, tu capacidad de  entendimiento, tu pensamiento estratégico o incluso tu destreza, Dixit se encarga de poner a prueba tu capacidad de jugar con la imaginación de tus amigos.

Imaginen que están leyendo un libro para niños hermosamente surrealista en una tierra fantástica en el que los amigables y buenos protagonistas entran a una apacible taberna por una bebida para aliviar la carga de su aventura. Dixit es el juego de cartas que ellos se pondrían a jugar y que haría que quisieras estar dentro del libro para poder jugarlo.

La única diferencia es que Dixit es real y es un gran juego muy recomendable. Algo que independientemente del estilo de juegos de mesa que les guste va a encontrar lugar en su colección.

Mecánica de juego

Por si no lo han notado, Dixit es hermoso. El juego consta de 82 cartas bellamente ilustradas con imágenes oníricas y muchas veces contradictorias que ponen la imaginación a viajar.

Al inicio del juego cada jugador recibe seis cartas, las cuales no dejará ver a ninguno de los demás jugadores. En estas cartas no hay ningún escrito, ninguna regla, ningún número, sólo imágenes oníricas, fantásticas y profundas de ideas que no siempre tienen por qué tener sentido.

En su turno, cada jugador es el storyteller y debe pensar en una pista (un título o una descripción) para alguna de esas cartas. La pista puede ser un poema, un sonido, un baile, una canción o cualquier cosa que pueda transmitir a los demás participantes. Esta pista será anunciada antes de poner la carta boca abajo en la mesa. Después de eso, cada uno de los demás jugadores selecciona la carta de su mano que él crea tiene más que ver con la pista que el storyteller dio. Una vez que todos hayan entregado su carta bocabajo, se barajan antes de voltearlas para que todos las vean.

Ahora todos los jugadores exceptuando el storyteller, vota en secreto por cuál de esas cartas es la carta original del storyteller. Si adivinan, ganarán puntos, así como lo harán las otras personas que hayan votado correctamente.

Pero hay que ser sutil a la hora de dar las pistas. El storyteller sólo gana puntos si algunos de los jugadores adivinan correctamente, pero no todos. Si eres muy obvio o demasiado ambiguo y todos adivinan o nadie lo hace, todos ganarán puntos mientras tú no ganas nada.

El resultado es que en este juego, los mejores jugadores son aquellos que logran encontrar un balance entre la creatividad arriesgada y la obviedad aburrida. Dixit es un juego que premia la capacidad de empatizar con otras personas y a veces toma a consideración lo bien que conoces a los demás.

Conclusión

Aunque el juego pueda parecer simplón en sus mecánicas, el juego rápidamente se convierte en una gran experiencia imaginativa. El gran reto que Dixit pone delante de ti (ser ambiguo sin ser tan ambiguo) es algo que bajo ningún otra circunstancia nos vemos forzados a hacer. Llega a ser a veces incluso cansado. Porque en este juego ejercitamos zonas de nuestro cerebro que van más allá del pensamiento lógico y tienen que ver con nuestra capacidad de ser series sociales.

A diferencia de otros juegos que premian qué tan bien sabes las reglas o las mecánicas de juego, Dixit premia el hecho de que te puedas meter en la cabeza de alguien.

El juego se juega mejor, la verdad, con gente que conocemos bien. Si llegas a jugarlo con un grupo de personas que se conocen bien entre ellas pero que no te conocen tan bien a ti y tú no las conoces bien, el juego puede sentirse algo distante; los chistes locales o experiencias que hayan vivido juntos pueden jugar un papel importante.

Aún así, Dixit es uno de esos juegos tan especiales que logran hacer mucho con unas reglas muy sencillas; sacándole el máximo provecho a la mente humana. No cabe duda que Dixit no es tan sencillo como sus reglas sino que puede llegar mucho más profundo.

Además, la calidad del juego y de sus ilustraciones es excelente, incluso las calidad de las cartas es muy buena.

Y si después de muchos juegos las cartas son demasiado familiares en un grupo de juego, Dixit tiene 7 expansiones hasta la fecha, cada una con otras 82 cartas ilustradas por artistas de talla internacional. Se puede jugar cada expansión como un juego separado o combinarlas para lograr juegos únicos e inolvidables.

Una gran recomendación de un juego de mesa para enganchar a más gente al hobby: no confrontacional, imaginativo y único. Por eso Dixit se lleva 4.5 de 5 matatenas en nuestra calificación oficial.

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