Los juegos de mesa no son otra cosa que un montón de componentes y unas reglas para jugar. Y aunque, para mi, las reglas son lo que hace el juego, día con día la gente se fija más y más en los componentes. ¿Este juego tiene componentes que son la envidia de tus amigos? ¿Tiene (algunas veces innecesarias) minis este juego? ¿Cuándo fue que los tokens de cartón fueron reemplazados por esas suculentas piezas de plástico o tokens de madera?
La verdad es que a la mayoría de nosotros nos gustan los componentes lindos y de alta calidad. ¿A quién no? Desde la calidad de los componentes de cartón (es genial jugar The Gallerist o Manhattan Project: Energy Empire y ver el grueso cartón de los tokens), piezas de madera, miniaturas, monedas de metal. Sin lugar a dudas es genial para nosotros los jugadores sentir esos componentes. Y cada vez es más importante que los juegos tengan esto.
Por culpa de las stretch goals, de la competencia, porque la misma gente lo pide. Por estas razones los juegos en Kickstarter han llevado los valores de producción a niveles que no esperaríamos. Y esto también ha hecho que los jugadores esperen la misma calidad en los juegos que salen por medios más tradicionales.
El otro lado de la moneda
A todos nos gustan los juegos con componentes lindos. Pero ¿a coste de qué? Con mejores componentes, con mejor diseño gráfico y mejor ilustración, también llega un aumento en los costos de producción y el costo sugerido (y costo final) de los juegos de mesa. Incluso con un mercado que sigue creciendo a una velocidad increíble a nivel internacional, los precios de los juegos de mesa hacia arriba.
Uno esperaría que con tirajes más grandes, con mayor oferta y con la diversidad de juegos que hay, los precios bajaran. Imprimir mayor volumen de juegos de mesa debería hacerlos más baratos. Pero todo sigue hacía arriba.
El mercado ha cambiado. Y la verdad es que somos, muchas veces, los consumidores de América Latina los que pagamos el precio. A comparación, los precios de los juegos de mesa han subido más acá que en cualquier otro lugar. Costos extra de envío debido a nuestros deficientes sistemas de correo o simplemente a la diferenciación geográfica y la mera distancia. Además de que la tasa de cambio del euro o el dólar nunca nos ha favorecido.
Empezar una ludoteca e incluir solamente juegos de mesa nuevos es muy costoso. Y aunque hay algunas soluciones (como el esperar para no pagar el «impuesto a la novedad»), en general no se ve cuándo esta tendencia vaya a cambiar. ¿Es mala? No necesariamente. Pero es algo que tener en cuenta la próxima vez que elogiemos la excelente calidad de los muchas veces innecesarios componentes extra.
Es un momento único para los jugadores. La calidad, en todos los sentidos, va a la alza. Pero esto no es gratis. ¿Ustedes están de acuerdo con un mundo de alta calidad y alto precio? ¿Extrañan los juegos buenos pero no tan caros? Dejen sus comentarios. Y si les gusta el tema de los precios, les recomiendo que le den un vistazo al podcast de Mariachi Meeple y su capítulo en el que hablan de los precios de los juegos de mesa.