Quizás ustedes hayan sido testigos ya, pero a mi me sorprendió. Soy miembro de varios grupos de juegos de mesa en distintas redes sociales. Y siempre se me ha hecho curioso ver cómo muchos jugadores dicen en verdad odiar Catan. Nosotros hemos escrito al respecto de este juego en el pasado. Básicamente exploramos el éxito de Catan desde un punto de vista de diseño y de las circunstancias que lo llevaron al éxito.
Hoy queremos explorar otras facetas del juego. Principalmente el odio que recibe de parte de mucha gente de la comunidad. Para hacerlo, tendré que remontarme también a mi experiencia personal.
Catan fue lanzado hace más de 20 años –en 1995– con el nombre Die Siedler von Catan (Los Colonos de Catan). Fue galardonado con el Spiel des Jahres. Recordemos que el Spiel es un premio para los juegos familiares, y así lo era en el momento en que Catan lo ganó.
Varios años después me tocó jugarlo. Alrededor de 2002, para ser precisos. De hecho, la versión que tuve oportunidad de jugar fue la segunda edición alemana. Y teniendo 14 o 15 años, el juego rompió la manera en que mis amigos y yo veíamos los juegos de mesa.
Por primera vez teníamos oportunidad de jugar un juego que no fuera estrategia pura –como el ajedrez que estábamos acostumbrados a jugar. Pero tampoco se sentía que podrías perder por alguna tirada de dados o por mera suerte –como suele suceder en Monopoly. Y además había interacción entre los jugadores de una manera que no pensábamos era posible: el comercio directo.
Según las estadísticas, para 2015, más de 23 millones de copias de Catan habían sido vendidas. El juego se ha traducido a más de 30 idiomas distintos. Y fue uno de los primeros juegos de mesa estilo alemán que ganó popularidad fuera de Europa.
Si es un éxito mundial, ¿por qué la gente termina odiándolo? En mi experiencia suele ser por dos razones: lo «queman» o lo desprecian porque ya se sienten «jugadores serios».
«Quemando» Catan
Acá intenté hacer un anglicismo del término burnout. Cuando has hecho algo tantas veces que terminas desgastado de la repetición. No necesariamente porque lo que estés haciendo sea aburrido o tedioso. Simplemente porque lo has hecho mucho.
Y seamos sinceros. Para muchos, Catan es su primer experiencia con los juegos de mesa. Uno de los juegos que tiene mayor alcance y mayor cobertura en las noticias.
Lo más probable es que si te uniste al mundo de los juegos de mesa haya sido a través de un juego como Catan. Si éste es el juego con el que empezaste, lo más probable es que te hayas obsesionado con él. Lo sé porque yo lo hice. Mis amigos y yo queríamos jugarlo en cada oportunidad que tuviéramos. Y lo hacíamos.
Y es inevitable que esto termine cansándote. Sobre todo si es que lo juegas con el mismo grupo de gente. Y lo más probable es que lo hagas, porque si se lo enseñas a gente que tiene un nivel diferente de juego, lo más probable es que la experiencia te ayude a ganarles.
Acá pasan dos cosas: es monótono jugar con la misma gente, pero también es monótono siempre enseñarle a gente nueva. Y es cuando Catan puede perder el encanto.
Cuando la «experiencia» ataca
Ahora hablemos de algo que he visto que sucede mucho. Jugadores más experimentados que despotrican contra Catan. Ya sea porque se les hace «demasiado poco» o porque le ven muchos «errores» o porque es «de suerte».
¿Por qué? Bueno, a aquel que haya entrado al hobby por Catan lo más probable es que empiece a experimentar con otros juegos estilo euro. Por lo general, estos son juegos que premian más la estrategia y la toma de decisiones sobre cualquier otra cosa.
Catan es un juego euro. Pero dentro de los juegos euro, tiene un lugar especial. Primero, porque tiene un factor suerte que es importante: el uso de dados para generar recursos. Es un juego en el que la suerte de los dados puede tirar una estrategia casi perfecta. Después, porque es un juego en el que hay interacción entre los jugadores arriba de la mesa. La negociación, los tratos y la persuasión son cosas que están relacionadas más con juegos estilo party. Pero es parte de lo que le da el sabor especial y hace que el juego cambie dependiendo de con quién lo juegues.
Como el juego es muy conocido como un juego de entrada al mundo de los juegos de mesa, los jugadores experimentados ven estas características y les voltean la cara. Esto sin dejar a un lado el famoso problema del esnobismo en el mundo de los juegos de mesa, tema que ya abordamos en su propio artículo.
Un clásico que no es malo
Tratando de ser objetivos, Catan es un juego «viejo». Y se le notan los años. Pero tiene varias cosas buenas en su haber:
- Tienes que reaccionar constantemente a lo que tus oponentes hacen.
- Puedes hacer intercambio y comercio de recursos. La oferta y la demanda cambian constantemente.
- Es un juego justo en cuanto a tablero. Casi todas las configuraciones de mapa ofrecen maneras de ganar a todos los jugadores.
- Los mapas variables hacen que cada juego se haga distinto.
- Es emocionante.
- Aunque es un juego en el que hay interacción y puedes «meterte» con tus oponentes, pero siempre te debes enfocar en tu juego.
- Los juegos no se deciden desde el principio.
- Es un juego con reglas sencillas.
Muchos medios tradicionales lo han llamado incluso «El Monopoly Moderno». Y no es para menos. Si me pusiera a contar, creo que he jugado Catan más de 150 veces en los últimos 15 años y estoy seguro de una cosa: un juego de Catan es como un vaso de agua, no se le niega a nadie. Pero eso no lo hace un juego perfecto. Pero no por eso debes dejar de ver sus cosas buenas.
Aún así, es un juego mejorable. Y hay maneras sencillas de hacerlo más disfrutable.
Mejorando el juego
Y hay algunas cosas que puedes hacer para mejorar tu experiencia con Catan. Más allá de comprar expansiones, que algunas ayudan bastante, acá hay dos maneras sencillas de mejorar tu experiencia:
- Better Settlers: Se trata de una aplicación móvil disponible en Google Play. La aplicación genera maps de Catan que son variados y equilibrados, dándole buenas oportunidades a todos. La aplicación usa un algoritmo que se asegura de darle las mismas oportunidades a todos los jugadores.
- Mazo de Dados: Esta es una de las soluciones menos comunes que van a encontrar. Un mazo de dados es un mazo de 36 cartas que sigue la distribución de probabilidad que tiene el tirar dos dados. Existen algunos que puedes comprar (Deck Dice o Dice Deck son ejemplos), pero puedes hacer el tuyo propio con 36 cartas. ¿Cómo ayuda esto al juego? Revuelve el mazo y úsalo en lugar de tirar dados. Si se acaba, vuélvelo a hacer. Eso asegura que todos los números saldrán, siguiendo su distribución de probabilidad.
Además de esto hay algunas expansiones especiales que dicen ayudan mucho al juego. Una de ellas es la de los pescadores. Por desgracia, esta expansión sólo estuvo disponible en mercados alemanes y estadounidenses, pero muchos dicen que da muchas cosas más con sólo agregar poca complejidad. Otras expansiones ayudan dándole más profundidad al juego y construyendo sobre lo que la creación de Klaus Teuber ya tiene.
Más allá de lo que algunos piensen hay algo que es real: para gustos de juegos de mesa, colores. No a todos les va a gustar Catan, pero eso no lo hace un juego malo o una pérdida de tiempo. Y es un juego que cumple su función y lo ha hecho durante más de 20 años: traer gente al hobby y enseñarles que hay un mundo de juegos de mesa que vale la pena conocer.
Yo también soy de los que empezó con Catán y lo superquemamos, ahora, 9 años después, empezamos a jugar de nuevo con nuestras hijas mayores.
Una puntualización: en la expansión Bárbaros y Mercaderes viene el mazo de cartas, que es una maravilla. Gracias a él el azar se reduce mucho, aunque para que tenga gracia siempre hay 5 cartas que no juegan, para dejar un poco de azar, además de que hay cartas con efectos especiales (por ejemplo, la carta del 2 permite a todos los jugadores coger una materia a su elección). EN cuanto a los peces, también están en esta expansión y son una maravilla, sobre todo para jugar con jugadores no muy experimentados. Además, en esta expansión hay otras formas de colaborar (por ejemplo hay que aliarse para luchar contra los bárbaros). Muy recomendable.
En casa seguimos jugando Catan, básicamente porque mi esposa no quiere aprender otro juego, como ella juega poco, sí se anima será siempre a Catán (o Airlines Europe, el otro que se sabe).
Nosotros siempre jugamos con la variante la pobreza no es un vicio. Se necesitan unas cuantas moneditas o botones o cualquier otra fichita. Cada vez que no recibas un recurso tras la tirada de dados, recibes a cambio una moneda como compensación (salvo si sale un 7 que nadie recibe monedas). En tu turno, puedes elegir, pagando tantas monedas como puntos de victoria lleves, en vez de tirar los dados, elegir la tirada que sale. La única limitación es que no puedes elegir el 7, Por ejemplo, al principio de la partida sólo necesitarás 2 monedas. Al final, cuando ya lleves 6 o 7 PV, la cosa se vuelve menos frecuente.
De esta manera se logra:
Reducir los efectos negativos de la mala suerte en los dados.
Acelerar un poco la partida, que nunca viene mal.
Dar más opciones a los que se queden rezagados que tendrán más opciones de tirar los dados.
El único inconveniente que tiene es que el 7 sale menos, porque cada vez que se eligen dados, éste no puede salir.
Ultimamente, también hemos incorporado otra variante que consiste en que, pagando dos recursos cualesquiera, podemos mover algun tramo de carretera que nos haya quedado «colgado».
En cualquier caso, nunca le hago ascos a un catán.
Saludos
No creo sinceramente que se pueda tachar a un juego tan masivo de malo.
Yo por ejemplo detesto el monopoly, por ser un juego que puedes tener el mejor imperio de propiedades pero si el otro no cae en la maldita casilla ya puede tener una sola casa que te puede ganar igual. Sin embargo, el juego no es malo por eso, hay quien incluso le gusta ese riesgo constante.
Catán pasa por la misma situación, es un juego tan masivo que los jugadores elitistas lo pasan a considerar como juego «común» prácticamente (del orden de damas, ajedrés, etc) y por eso le voltean la cara, pero se olvidan que esos también son grandes juegos!
A mi particularmente no puedo decir que me gusta porque no me llaman muchos los euros, pero lejos estoy de decir que el juego es malo por eso.
Gran artículo y acertada opinión a mi parecer.
Saludos desde Uruguay!
Muchas gracias por compartir tu opinión. Tú lo has dicho, la gente que lo compara con Monopoly es exagerada.
Mi grupo de amigos y yo llevamos 5 años jugando Catan, al menos una vez al mes religiosamente.
Fue el primer euro que aprendimos todos (somos 10) y hasta la fecha sigue siendo nuestro favorito, aunque ya hemos jugados otros como Pandemic, Ticket to Tide, Agrícola, Alhambra, 7 Wonders, Carcassonne, etc.
Yo creo que su más grande acierto es la simpleza de sus reglas y cómo cada jugador actúa con base en esas reglas y lo que la suerte va poniendo frente a ti. Sin embargo también hay que reconocer sus errores, esa simpleza puede caer en monotonía de acción, nosotros hemos librado esa monotonía con las expansiones, cada que jugamos Catan vamos rotando que expansiones utilizamos, a veces una, a veces otra o incluso todas, como el grupo sabe la reglas no hay problema en estar explicando. Para compensar el siempre jugar con el mismo grupo lo hemos solucionado invitando a vecinos a jugar, nuestros hijos (ya que es un juego muy fácil de aprender) y hasta el momento todos han quedado enamorados de él.
Es un excelente juego general, una puerta de entrada a todo lo demás qué hay.
El odio que le tengo a catan es por como ataca el mercado de los juegos de mesa, en donde te bombardean con expansiones con precios que no son accesibles, los jugadores nuevos tienden a quedarse solo con catan y dejan de explorar otro juegos.
Hay juegos mucho mejores y mas completos en mecánicas a mejor precio, nunca separaron el juego en 10 juegos distintos entre expansiones.
encierran a los jugadores solo a catan, aparte terminan glorificando un juego que en si no es tan bueno ni gratificante.
Para mí hay dos cosas horribles en Catán y que resultan muy frustantes en comparación con la mayoría de juegos: 1) si el tablero no tiene los recursos equilibrados al iniciar la partida, el orden de los dados determinará quién se coloca en una posición de ventaja manifiesta sobre los demás y quién tiene casi imposible ganar; 2) más allá de que los dados condicionen todo, es muy frustrante que se termine de golpe cuando estabas ya próximo a ganar. En el monopoly por ejemplo, se van eliminando a los rivales y el mercadeo sirve para forjar alianzas y tratar de frenar al más peligroso. No pierdes de golpe. En catán el mercadeo se puede volver en tu contra en cualquier momento y no resulta fácil saber quién es el más aventajado hasta que ya casi no lo puedes parar. Puedes jugar muy bien y ser machacado, lo cual no es divertido. Es un juego demasiado caótico.