Patchwork es uno de los juegos de mesa que se ha ganado un lugar especial en mi corazón; se trata de un hermoso juego para dos personas en el que los participantes compiten haciendo una colcha usando retazos de tela. Lo interesante es que para eso, los jugadores contarán con un tablero en el que irán «cosiendo» las piezas, las cuales tienen formas muy del estilo de Tetris, aunque hay muchas dinámicas que lo hacen muy interesante.
El juego es diseñado por Uwe Rosenberg, un diseñador de juegos de culto como Agrícola, Bohnanza, Le Havre, Orleans y más recientemente A Feast for Odin. Si bien , su estilo de juegos más conocido son los euro con worker placement, en Patchwork se sale un poco del molde y usa mecánicas de gestión de recursos de una manera muy interesante. Hablemos de las mecánicas de juego y les sugiero lean la conclusión para darse una mejor idea de cómo se siente jugarlo.
Mecánicas de juego
En Patchwork cada jugador inicia con cinco botones (los cuales son la moneda del juego), un tablero de 9×9 y nada más. Todos los retazos (las piezas) se colocan en un círculo al azar. Enfrente de una pieza específica se coloca un marcador neutral. Además de este arreglo hay un «marcador de tiempo» con 54 espacios en el que los jugadores colocan sus marcadores.
El objetivo del juego es obtener la mayor cantidad de botones al terminar la partida. Pero por cada espacio vacío en tu colcha serás penalizado. El jugador en turno es aquel que esté más atrás en el marcador de tiempo.
En su turno, los jugadores pueden hacer una de las siguientes dos acciones:
- Comprar uno de los tres retazos que estén enfrente del marcador neutral en el sentido de las manecillas del reloj. Después de eso colocar el marcador neutral en el espacio de la pieza comprada.
- Pasar y avanzar hasta ponerse un espacio adelante del otro jugador en el marcador de tiempo. Esta acción te permite ganar una moneda por cada espacio que avanzas.
Las piezas tienen un coste en tiempo y botones. Es decir, hay que pagar el número de botones indicado en ellas y avanzar los espacios indicados también. Además de eso, algunas de ellas tienen botones azules encima. Cuando tu marcador de jugador cruza ciertos espacios marcados con un botón en el marcador de tiempo, el banco te da la cantidad de botones que tienes en tu colcha en ese momento.
Además de eso, en algunos puntos en el marcador de tiempo hay pequeños parches. El primer jugador que pase encima de ellos, los puede tomar y colocarlos en su colcha inmediatamente.
Si un jugador completa un cuadrado de 7×7 en su colcha, sin espacios vacíos, gana una bonificación de 7 puntos. Esta sólo para el primer jugador que lo logre.
El juego termina cuando los dos jugadores llegan al final del marcador de tiempo. Los puntos finales se calculan sumando el número de botones disponible y restando el número de espacios faltantes en la colcha multiplicado por dos. Sorpresivamente, el jugador con más puntos gana.
Conclusiones
Patchwork es genial. Se supone que trata de tejer colchas, pero es sólo un tema. La profundidad del juego radica en que se trata de administrar recursos: botones y tiempo. El gran problema es que necesitas esos recursos tanto para comprar retazos como para no ser penalizado.
Aquí es donde entra la capacidad espacial. Las piezas tienen valor en parte por lo difícil o fácil que es colocarlas en el tablero. Piezas con formas más extrañas probablemente sean más baratas, pero representarán un reto a la hora de completar tu puzzle.
Además de eso, las piezas disponibles en compra irán cambiando. Y muchas veces tu contrincante podría escoger accidentalmente una que te servía mucho. Así que no sólo se trata de concentrarte en tu tablero, sino en lo que tu adversario busca y probablemente haga.
El juego es bueno también porque tienes que administrar tus recursos. Los botones son tus puntos finales. Necesitas retazos para que no te resten puntos al final. Los retazos cuestan botones y tiempo. Para obtener botones necesitas tener parches, que cuestan botones o gastar tiempo. Y el tiempo no lo puedes recuperar. Sin importar lo que hagas en tu turno, el tiempo seguirá avanzando. Eso hace que cada turno se sienta importante y esencial.
La verdad, Patchwork es una obra de arte, tanto por sus elegantes mecánicas como por su diseño único y su gran estrategia. Como ejercicio de diseño de juegos, es genial. Lo único malo del juego, y algo que a su vez lo hace tan bueno, es que sea para dos jugadores. Aún así, Patchwork es rápido, con estrategia profunda, se ve bien y tiene buenas mecánicas. Se merece un lugar en todas las colecciones y 4.5 matatenas de 5.