Jaipur: comerciando a camello en la India

Si nunca has pensado «Eso oro se ve bueno, pero piensa en las cosas que podría hacer con cuatro camellos«, probablemente es porque no has jugado Jaipur. Y no, no estoy hablando de la ciudad que está en la India, sino de un genial juego de mesa.

Jaipur es un excelente juego de Sébastien Pauchon, publicado originalmente en 2009 por Asmodee y es, dentro del ámbito de los juegos para dos personas, una de las mejores compras que he hecho.

Mecánica de juego:

Se trata de un juego para dos personas en el que los jugadores comercian con un banco abierto. En tu turno puedes hacer una de dos cosas: tomar cartas del banco o venderlas. La mecánica es realmente muy sencilla.

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Existen dos tipos de cartas: bienes (rubí, oro, plata, telas, especias y pieles) y camellos. Al inicio del juego cada jugador empieza con cinco cartas (de un límite de siete que puede tener en la mano) y se reparte a un banco común de cinco cartas abiertas para los dos jugadores. Es importante indicar que los camellos no cuentan para el límite de cartas en tu mano. En su turno, el jugador puede optar por tomar cartas o comerciar sus bienes.

Cuando tomas cartas, puedes tomar todas (muy importante) las cartas de camellos que hay en el banco; pero si los camellos no son lo tuyo, tomar una sola carta (si es que no estás en el límite de 7 cartas que puedes tener en la mano) o intercambiar cualquier número de cartas de tu mano (o de tu rebaño de camellos, que no forma parte de tu mano).

Si lo que quieres es comerciar bienes, tomas una ficha con puntos de victoria por cada uno de los objetos que hayas comerciado, pero estas fichas van bajando su valor conforme se van comprando más (las maravillas del libre mercado). Pero, si comercias de 3 a 5 objetos iguales, obtienes puntos extra representados en fichas de «combos».

El juego se acaba cuando se terminan tres de los bienes que se están comerciando o cuando se acaben las cartas. El primero en ganar dos de tres rondas es el mejor comerciante de Jaipur.

Opinión

Una de las cosas que hace que Jaipur sea un gran juego de mesa es que te hace tomar decisiones difíciles. Quizás lo decisión más obvia viene a la hora de comerciar. Vender cartas rápido quiere decir que cada una de tus ventas vale más puntos de victoria, pero intentar juntar más cartas del mismo objeto te permite tener un jugoso bonus a la hora de comprar que puede valer hasta 10 puntos.

Para agregar un grado de dificultad, tu oponente puede estar detrás del mismo objeto que tú, lo cual puede incentivar que intentes comerciar antes de que él lo haga para ganar más puntos.

La otra decisión difícil que Jaipur te hace tomar es seleccionar que objetos comerciar- ¿Será bueno ir siempre por los bienes que valen más puntos? ¿O conseguir un combo logrará subsanar la posible perdida de un bien caro? Además de eso el limite de cartas en la mano impone una toma de decisión interesante cuando hay cartas buenas en la mesa y no las podemos tomar por no tener espacio y es necesario intercambiar vienes y, a veces, puedes hacerle el juego a tu rival.

La mecánica de los camellos es interesante, ya que te permite negociar sin represalias; además de que el hecho de que no cuenten para tu límite de cartas en la mano logra hacerlos cartas muy estratégicas. Sólo hay que tomar en cuenta que al final del juego, el jugador con más camellos se lleva una bonificación de puntos.

Jaipur es un juego que quizás no quisieras jugar cinco veces seguidas, pero siendo un juego de 15-30 minutos para dos personas se convierte en algo bueno para pasar el rato. Como es para dos personas no es un gran juego para rellenar espacios entre juegos más largos. Pero como un juego casual para dos personas es sorprendente, Me he encontrado jugándolo con mi novia mucho más de lo que esperaba. Es un gran juego para jugar con tu pareja.

Como calificación general, le doy 3.5/5 matatenas. No siento que sea un juego el cual me juntaría a jugar con alguien más y por eso no le doy un 5. Pero es la única razón por la que tiene esa calificación. Aún así se convierte en un gran juego para tener en casa y casi necesario si normalmente te encuentras con tu pareja y los dos quieren jugar un juego que sea ligero pero con sustancia. Este juego estará en la colección de La Matatena por largo tiempo.

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